Texto de Miles Philips
A otro día, de mañana. caminamos para México, hasta ponernos a dos leguas de la ciudad, en un lugar donde los españoles han edificado una magnífica iglesia dedicada a la Virgen. Tienen allí una imagen suya de plata sobredorada, tan grande como una mujer de alta estatura, y delante de ella y en el resto de la iglesia hay tantas lámparas de plata como días tiene el año, todas las cuales se encienden en fiestas solemnes. Siempre que los españoles pasan junto a esa iglesia aunque sea a caballo, se apean, entran a la iglesia, se arrodillan ante la imagen y ruegan a Nuestra Señora que los libre de todo mal; de manera que, vayan a pie o a caballo, no pasarán de largo sin entrar a la iglesia y orar, como queda dicho, porque creen que si no lo hicieran así, en nada tendrían ventura. A esta imagen Llaman en español Nuestra Señora de Guadalupe. Hay aquí unos baños fríos que brotan a borbollones como si hirviera el agua la cual es algo salobre al gusto, pero muy buena para lavarse los que tienen heridas o llagas, porque según dicen ha sanado a muchos. Todos los años, el día de la fiesta de nuestra Señora, acostumbra la gente venir a ofrecer y rezar en la iglesia ante la imagen, y dicen que Nuestra Señora de Guadalupe hace muchos milagros. Alrededor de esta iglesia no hay población de españoles, pero algunos indios viven en sus chozas campestres.
Comentario:
Miles Philips fue parte de la tripulación del pirata inglés John Hawkins, quien en 1567 salió de Plymouth hacia África en un viaje cuyo objetivo era el comercio de esclavos negros. Durante su viaje de regreso se internó en el Golfo de México para evitar los huracanes del Atlántico; tras un encuentro con la armada Española en San Juan de Ulúa, Hawkins decidió abandonar parte de su tripulación y así logró escapar. No así algunos de sus marinos, entre ellos Miles Philips, quienes fueron capturados y enviados a la Ciudad de México. Philips observó y escribió algunas de las cosas que vio en el camino, entre ellas un “convento de frailes franciscanos” en Cuauhtitlán, además de que ofreció una detallada descripción del aspecto de la ermita del Tepeyac hacia 1582.
A pesar de que el texto ofrece una clara idea de lo que era el culto a Guadalupe a finales del siglo XVI, llama la atención el hecho de que para Miles Philips la imagen venerada no era un lienzo, sino una estatua de plata. Esta imagen de bulto puede ser aquella que, según los Anales de Juan Bautista (Véase su texto. ProyectoGuadalupe.com) , regaló Alonso de Villaseca al santuario en 1566 y que posteriormente fue fundida para la factura de otros objetos ornamentales.
El texto fue publicado por pimera vez en 1600 por Richard Hakluyt en la segunda edición de Principal navigations, voyages and discoveries of the English nation. La presente traducción es de Joaquín García Icazbalceta.
Consulte la Bibliografía de ProyectoGuadalupe.com. Mayor información acerca de este texto en Documentos Guadalupanos, de Xavier Noguez.